Primeros pasos por el camino

Textos recopilados del Libro: Caminos de Santiago . Geoplaneta . Nómadas

La Mochila del Nómada

Vivir el Camino como un auténtico peregrino implica esfuerzo y sacrificio, pero también algo más importante: aprender a separar lo accesorio de lo fundamental. Un equipaje ligero nos ayudará a avanzar más rápido, reducirá la fatiga y el riesgo de lesiones.Delegar todo el peso en terceros es la opción más fácil.Intentar ser autónomo con una mochila liviana nos hará ganar seguridad en nosotros mismos y descubrir, paso a paso, que el Camino provee a quien sabe conjugar la sensatez con la austeridad.

Ligereza y Autonomía

Una de las grandes cuestiones de la peregrinación en tiempos modernos es el asunto del equipaje. En los últimos años , la normalización del transporte de mochilas y maletas de un albergue a otro por parte de agencias, empresas de mensajería y taxistas ha modificado sustancialmente la manera de entender y, sobre todo, experimentar el Camino. Cada cual es libre de elegir su modus operandi en función de sus necesidades, impedimentos o preferencias , pero el hecho de ser autónomo y comprender que podemos vivir con muchas menos cosas de las que creemos también forma parte de la magia del Camino.

Calor, frío, lluvia… 

A la hora de preparar el equipaje debemos tener muy en cuenta la estación del año y la climatología de la zona. Las temperaturas máximas – diurnas – y mínimas – nocturnas – establecerán el tipo de abrigo que debemos llevar tanto para caminar como para dormir. Vamos a estar bastantes horas expuestos a los elementos. Si hace calor, necesitaremos protegernos del sol con un gorro , gafas con filtro UV y ropa fresca, además de crema solar. En invierno , la mochila del peregrino pesará un poco más.

El 10% de nuestro peso

En cualquier caso, por razones de anatomía y salud, el petate no debe superar el 10% de nuestro peso corporal. Calcularlo es muy fácil : solo hay que quitar la última cifra de nuestro peso . Si pesamos 75 kg, serán 7 kg de mochila como máximo. Este consejo no tiene que derivar irremediablemente en contratar el servicio Paq Mochila de Correos ( solo disponible en España y las rutas jacobeas principales). Significa que debemos aprender a hacer correctamente el equipaje.

Elegir mochila

En el Camino se ven muchas mochilas demasiado grandes. Y uno de los problemas es que muchos youtubers e influencers promueven que compremos modelos de 50 litros, lo que es una auténtica barbaridad, pues a mayor volumen disponible más fácil es que metamos cosas que en realidad no son necesarias. Lo verdaderamente importante de la mochila es que sea ergonómica y ligera – máximo 1kg en vacío – . Y con 35 litros de capacidad deberíamos tener suficiente. 

Minimalismo significa «menos es más»

Aunque mantener el peso del equipaje por debajo de 6 ó 7 kg parezca una misión imposible, con los materiales y los tejidos actuales es fácil si logramos adoptar el chip del minimalismo.La clave es eliminar los «porsiacasos» y elegir prendas de calidad específicas de deporte outdoor que se complementen sin repetir funciones. Un error muy habitual es querer llevar botas y zapatillas para ir cambiando. Otro, llevar una muda para después de las etapas y otra para dormir, cuando podemos elegir algo que también sirva de pijama.

Vestuario de verano

La lista de ropa para el estío quedaría así: 2 camisetas de manga corta y 1 de manga larga (transpirables y de secado rápido) , 1 pantalón corto de senderismo, 2 unidades de ropa interior, 3 pares de calcetines ( 2 de andar y 1 más fino para después de la etapa), 1 forro polar fino entallado, 1 mallas largas cómodas, 1 chubasquero y 1 pantalón largo impermeable ligero, 1 gorro o gorra , 1 buff o pañuelo tubular para el cuello o cinta para el pelo y 1 bañador.

Ropa de Invierno

En la estación fría, el equipaje es un poco más extenso. Hay que añadir un gorro de lana o polar y unos guantes de excursionismo, pues por manos y cabeza se pierde mucho calor corporal. El chubasquero ultraligero será sustituído por una chaqueta impermeable de montaña más cálida y el pantalón debe ser largo más grueso. El calzado también ha de ser más cálido, al igual que los calcetines.

Durante la etapa, lo ideal es llevar una camiseta interior técnica de manga larga que mantenga nuestra piel seca. Encima, una segunda capa que también transpire y abrigue, tipo forro polar. La chaqueta – tercera capa – nos la iremos poniendo y quitando en función de la sensación térmica- está nublado, hace sol, hay viento, es subida, llueve, paramos a descansar …- para evitar sudar en exceso y empapar la ropa. No hay que olvidar que el sudor, al secarse, hace que la temperatura corporal descienda.

Los plumones de montaña son ligeros y muy compactables, y ofrecen un aislamiento térmico excepcional. Pueden servir para después de las etapas o como comodín extra si el frío se agudiza durante el recorrido.

¿ Bordón o palos de trekking?

Los bastones de trekking son de gran ayuda si cargamos con una mochila pesada o no estamos muy acostumbrados a andar por caminos y sendas. Proporcionan equilibrio extra y evitan que se duerman las manos, algo que puede ocurrir al caminar muchas horas con más peso de lo normal en la espalda.

Al principio cuesta coordinar un poco el movimiento , pero uno se acostumbra rápidamente si los ajusta correctamente a su estatura – multiplica tu altura en centímetros por 067 o dobla tu brazo por el codo en ángulo de 90 grados respecto al suelo – y practica un poco en terreno fácil. Los telescópicos se adaptan a cualquier talla y, una vez plegados, pueden colgarse en la mochila. En rutas largas es preferible usar dos. Las dragoneras – ayudan a impulsarse en subida, pero hay que quitárselas en bajada, para que el bastón no nos entorpezca el paso en caso de tropiezo o resbalón. 

Material para dormir

Si pernoctamos en albergues necesitaremos al menos una funda de almohada y un saco-sábana o un saco de dormir ligero. En invierno , el saco ha de ofrecer confort en temperaturas más bajas, pues en algunos albergues la calefacción puede ser insuficiente o inexistente.

En algunas rutas, no en todos los pueblos hay alojamientos para peregrinos preparados con literas, de manera que hay que dormir en polideportivo, vestuarios, salas de reuniones… En estos casos hará falta un buen aislante – los hinchables son los más cómodos – pero pesan más y los de calidad no son baratos- y un saco de dormir adecuado a las mínimas nocturnas.

Para conciliar el sueño aunque haya ruídos molestos alrededor – ronquidos , peregrinos preparando equipajes, etc.-, siempre es conveniente llevar tapones para los oídos . Los de gomaespuma comprimible son muy eficaces y no pesan ni medio gramo. Si tienen un cordel que los une es más difícil perderlos en mitad de la noche.

Una pequeña linterna frontal nos permitirá movernos por la habitación sin encender la luz y tener las manos libres para recoger la cama, el equipaje, la ropa tendida, etc.

Menos tecnología, más comunicación.

El Camino es un espacio idóneo para desconectar de nuestros hábitos y círculos habituales, y así sintonizar con otras realidades. Mal asunto si vamos con la idea de ver series por las tardes en la tableta o el móvil porque si no ¨nos vamos a aburrir´. Más de un sabio te dirá que aburrirse forma parte del proceso de renovación.Limita el uso del móvil para informar a tu familia de que estás bien o hacer algunas gestiones de reservas. Cuando se afirma que el Camino es una vivencia que va más allá de lo físico, las palabras se refieren a cuestiones espirituales, no a interacciones virtuales en Instagram, Facebook, etc. Las experiencias , mejor contarlas en persona.

Documentación y Seguridad

Importante llevar DNI ó pasaporte , credencial de peregrino, tarjeta sanitaria , tarjeta de crédito y algo de dinero en metálico en billetes pequeños.

El equipo lo completamos con el teléfono móvil – mejor con funda protectora – y el cargador – en modo avión se ahorra batería – , un bolígrafo , un pequeño bloc de notas , un silbato y una manta térmica de emergencia.

Calzado Ideal

Cómo acertar andar con paso firme hasta Santiago. La elección correcta del calzado, los calcetines y nuevos hábitos en nuestro día a día harán que El Camino sea lo más parecido a un viaje de placer y no un doloroso viacrucis.

Cubrir largos trayectos por caminos y sendas no debería representar problema alguno para el pie de un Homo sapiens. Junto con el tobillo, conforma una compleja estructura que agrupa 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos , ligamentos y tendones que, a su vez, trabajan en constante armonía con el resto del cuerpo. Sin embargo , pese a millones de años de evolución y bipedismo, las llagas en los pies y las inflamaciones tendinosas- a menudo directamente relacionadas – son las causas más habituales de abandono por problemas físicos en el Camino.

¿Botas o Zapatillas deportivas?

Cada persona, cada pie y cada piel son diferentes. No existe una única receta que sirva para todos. Hay quién va más seguro con botas porque nota mayor protección en el tobillo , una zona susceptible de sufrir torceduras o esguinces al caminar por terrenos poco uniformes. En cierto modo, este refuerzo puede compensar la falta de musculatura de la parte baja de la pierna. Sin embargo , tampoco interesa que la caña sea muy alta o apriete en exceso, pues dará firmeza al tobillo, pero en caso de tropiezo, resbalón o caída más grave, la rodilla – la siguiente articulación del sistema de palabras , poleas y engranajes de la pierna – podría ser la gran perjudicada. Lo más importante , pues, es fortalecer músculos, ganar estabilidad y flexibilidad en las articulaciones e incluir en nuestras rutinas diarias los paseos y caminatas con subidas y bajadas en terreno desigual.

Por otro lado, cada vez más peregrinos se decantan por las zapatillas deportivas, sobre todo las de trail. Originalmente diseñadas para correr por el monte , son más ligeras y flexibles que las botas. Permiten llevar un paso más ágil y dinámico, dando una mayor libertad de movimiento al pie y el tobillo. Si estamos acostumbrados a caminar por la montaña , la mayor parte de los trazados jacobeos se pueden realizar con este tipo de calzado. Hay que tener en cuenta que , al ser materiales más blandos, su vida útil es menor. Algunos modelos ultraligeros , a partir de los 500 km, pueden sufrir por desgaste de la suela y perder capacidad de absorción de la media suela, además de ver afectada la estabilidad del conjunto.

En el término medio, existen las botas ligeras, que combinan las ventajas de ambas tipologías y son el calzado más recomendable para la gran mayoría de peregrinos. Pueden ser con protección baja del tobillo o sin ella, tienen mediasuela de EVA – más ligereza – y están hechas con tejidos más flexibles.

Sandalias

Hay personas habituadas a caminar con sandalias que las utilizan en el Camino de forma sistemática, sobre todo durante el verano. El principal argumento a favor es irrefutable: el pie va más ventilado. Los que no lo ven tan claro aducen otra obviedad: el pie queda más a merced de posibles golpes, pinchos , etc. En cualquier caso, deben sujetar bien el pie, tantos por delante como por el tobillo. Las que chancletean sirven solo para la ducha y airear los pies tras las etapas, nunca como sustitutas del calzado principal. Han de ser anchas en la parte delantera para garantizar espacio o los dedos- algunos modelos empujan con la tira delantera el pulgar hacia el resto de dedos, lo que también puede provocar el indeseado hallus valgus o juanete – y, al igual que con las botas o las zapatillas , hay que acostumbrar el pie con antelación para evitar sobrecargas y rozaduras , incluso si las vamos a usar con calcetines.

Impermeable y fresco

En rutas en las que la lluvia , los charcos o el barro son frecuentes , es primordial elegir calzado con membrana integrada de Gore-Tex, que es impermeable y transpirable a la vez. Algunos fabricantes , pensando en climas mixtos o meteorología cambiante – algo muy habitual en el Camino – , construyen sus modelos con un forro interno de este tejido sobre una suela especial que cuenta con canales de ventilación , de manera que el pie se mantiene seco en días de lluvia y fresco cuando hace calor.

Calcetines: la segunda piel

A veces dedicamos mucha atención y dinero al calzado y escatimamos en nuestro segunda piel, es decir, los calcetines. Aunque son bastante más caros , los calcetines específicos de senderismo están hechos con tejidos transpirables antibacterias y de secado rápido, ya sea Coolmax o una mezcla con una base de lana merina. Para evitar rozaduras, carecen de costuras, se ajustan perfectamente , sin formar arrugas o pliegues , y tienen diferentes grosores en función de la zona del pie, con un mayor acolchado allí donde es necesario. Es imprescindible llevar dos pares, para tener siempre uno limpio y seco en la mochila. Al igual que con el calzado , conviene haberlos utilizado en varias marchas de entrenamiento para comprobar que nos van bien, pero una vez desgastados, hay que saber jubilarlos.